Sin duda estos dos signos no nacieron para estar juntos. Vibran en frecuencias demasiado diferentes como para lograr entenderse. Pero a veces la vida nos junta con personas de un signo incompatible con el nuestro, a las que no les podemos decir adiós. Entonces tendremos que centrarnos en encontrar aquello que uno le puede enseñar al otro.
Aspectos positivos.
Compañerismo: Cáncer le enseñará al aguador el valor del compañerismo. Cada vez que Acuario quiera hacer algo por su cuenta, allí estará el cangrejito para ayudarlo y apoyarlo, por lo que nunca se sentirá solo.
Romper la rutina: por su parte, el aguador también tiene algo reservado para el rutinario cangrejo y es así que le enseñará que romper la rutina no implica ser irresponsable. Entonces ambos tendrán esos quiebres en sus hábitos que le regalarán algo de aire al vínculo.
Responsabilidad: pensemos en una relación entre estos signos en los que el padre o madre es de Cáncer, mientras que su hijo es de Acuario. Este último aprenderá, no sin intentar resistirse, la importancia y la utilidad de la responsabilidad. Esta enseñanza se aplica a todos los vínculos posibles.
Aspectos negativos.
Corte de libertad: tarde o temprano, será inevitable que Acuario comience a sentir la opresión. Cáncer es un signo muy dependiente, por lo que presionará mediante chantajes sentimentales a su compañero para que esté más tiempo a su lado. Ante esto, Acuario sentirá que le están cortando sus amadas alas y la relación se encaminará hacia un estrepitoso final.
Sentimentalismo: el exceso de sentimientos de Cáncer agobiará al desprendido aguador, al que no le gusta para nada la melancolía, las lágrimas ni los lamentos por los tiempos que se fueron.
Confinamiento: con el paso del tiempo, y no mucho tiempo, Acuario sentirá que ha sido confinado. Esto llevará a que se distancie aún más y que busque el alejamiento de Cáncer. Si este último cede y no le hace problemas por la libertad que tanto necesita, el vínculo podría reanudarse.
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